La Agencia de servicios financieros de Japón (fsa) regula a todos los proveedores de servicios financieros de japón, incluidos los corredores de divisas. El objetivo final del FSA es mantener el sistema financiero del país y garantizar su estabilidad. También se encarga de proteger los intereses de los inversores en valores, los titulares de pólizas de seguros y los depositantes. Logra sus objetivos de diversas maneras, entre ellas la planificación y las políticas, la supervisión de los proveedores de servicios financieros, la supervisión de las transacciones de valores y la revisión de las instituciones financieras del sector privado. Al comienzo de su creación, el FSA era solo un órgano administrativo, pero cuando se convirtió en un representante externo de la Oficina del Gabinete japonés en 2001, sus responsabilidades se ampliaron. No solo asumió las responsabilidades de la Comisión de reestructuración financiera, sino que también se encargó de asumir las instituciones financieras en quiebra. Hoy en día, el FSA es responsable ante el Ministro de Finanzas de Japón y tiene una amplia gama de responsabilidades.